Considerado el último gran rey de la dinastía sasánida, Cosroes II nació en Persia el año 570, el mismo año en que nació el profeta Mahoma en la ciudad árabe de La Meca. Su reinado estuvo marcado por la expansión territorial persa en el contexto de la guerra con el Imperio Romano de Oriente (Bizantino).
Cosroes II fue elevado al trono por los magnates sasánidas tras una rebelión que llevaron a cabo contra Hormizd IV hacia 590, a quien posteriormente cegaron y mataron. Sin embargo al mismo tiempo el general Bahram Chûbin se hizo proclamar rey bajo el nombre de Bahram VI (590-591) y Cosroes II fue incapaz de mantener su condición real.
La guerra contra los bizantinos, que había comenzado en 571, aún no había terminado. Cosroes II fue a Siria y persuadió al emperador Mauricio I de que le enviara ayuda para expulsar a Bahram VI del trono. Los numerosos oficiales y hombres de tropas reconocieron a Cosroes II y en 591, le fue devuelto Ctesifonte. Bahram VI fue derrocado y huyó, siendo asesinado. De este modo quedó sellada la paz con Bizancio.
En 602, cuando Mauricio fue asesinado por Focas (602-610), inició una guerra contra Bizancio para vengar su muerte. Sus tropas saquearon Siria y Asia Menor, logrando avanzar hasta Calcedonia en 608.
En 613 y 614 Damasco y Jerusalén fueron tomados por el general Sharvaraz y la reliquia de la Vera Cruz fue llevada como trofeo. Se dice que Cosroes la puso en el escabel de su trono para demostrar su desprecio por los cristianos. Poco después, Egipto fue conquistado. Los bizantinos no podían ofrecer mayor resistencia, pues se encontraban sumidos en disputas internas, y presionados por ávaros y eslavos.
En 622, el emperador Heraclio (quien sucedió a Focas en 610 y gobernó hasta 641) fue capaz de tomar el control, y con 50.000 soldados, venció a los persas en Issos. En 624 avanzó hasta el norte de Media, donde destruyó el gran templo de fuego de Gandzak (Gazaca); en 626 luchó en Lazistan (Cólquida), mientras Sharvaraz avanzó a Calcedonia, e intentó en vano, unido con los ávaros (que le aportaron 80.000 guerreros), conquistar Constantinopla; la ciudad resistió con solo 12.000 defensores, mientras la mayoría del ejército bizantino avanzó por mar y atacó la retaguardia persa por sorpresa.
En 626, Khosrow hizo una alianza con Avar Khaganate y las tribus eslavas de Europa del Este para sitiar Constantinopla, pero la ciudad resistió. Persia tenía a Palestina en sus manos, pero por poco tiempo.
Pero en 627 Heraclio derrotó al ejército persa en la Batalla de Nínive y avanzó hacia Ctesifonte. Cosroes II escapó de su residencia favorita, Dastagei (cerca de Bagdad), sin ofrecer resistencia; y como su despotismo e indolencia habían despertado oposición por todas partes, su hijo mayor Kavad II (que gobernó brevemente en 628), a quien Cosroes II había encarcelado, fue puesto en libertad por algunos magnates y luego proclamado rey. Cuatro días después, Cosroes II fue asesinado en su palacio. Mientras tanto, Heraclio volvió triunfante a Constantinopla; en 629 la Vera Cruz le fue devuelta y Egipto evacuado, mientras el Imperio persa, de la grandeza evidente que había alcanzado hace diez años, se hundió en una anarquía total, lo que fue aprovechado por las tropas del primer Califato islámico al empezar el año 634.
En la primavera de 632, un nieto de Cosroes II, Yezdegard III, quien había vivido escondido, ascendió al trono y fue el último soberano sasánida. Aquel mismo año, los primeros escuadrones árabes efectuaron incursiones en territorio persa. Los años de guerra habían agotado tanto a los bizantinos como a los persas. Los sasánidas se encontraban aún más debilitados por el declive económico, los altos impuestos, los problemas religiosos, la rígida estratificación social, el creciente poder de los terratenientes y los sucesivos cambios de gobierno, factores todos ellos que facilitaron la invasión árabe.
Según la tradición islámica, Cosroes, partidario del zoroastrismo, recibió una vez un mensajero del propio profeta Mahoma, exigiéndole que se sometiera al Islam. Cosroes se negó a convertirse a la nueva religión a la fuerza y rompió en pedazos la carta de Mahoma. Cuando Muhammad fue informado sobre la respuesta de Khosrow, prometió la destrucción del imperio de Khosrow. Solo cinco años después de la muerte de Khosrow, comenzó la conquista islámica musulmana de Persia (637-651).
El nieto de Cosroes, Yazdegerd III, fue el último rey de la dinastía Sasánida, y el hijo de Yazdegerd, Peroz III, pasó el resto de su vida exiliado en la corte del emperador Tang de China. Los sasánidas exiliados convencieron al emperador chino para que los ayudara a recuperar Irán de los musulmanes y restaurar el poder de Sasán, pero los nómadas túrquicos atacaron al ejército chino antes de que pudiera llegar a Irán, que entonces formaba parte del efímero Califato Rashidun.
Reconstrucción realizada con la ayuda de Eran ud Turan.
...